Qué manera de arrancar el 2021. Este libro fue el único que leí publicado el 2020 pero no necesito leer nada más para asegurar que fue el mejor libro del año pasado (qué raro suena decirlo así un 4 de enero).

Hace unos post anteriores conté acerca del primer libro que me hizo llorar (si pudiera linkear se los haría con todo el amor del mundo para que vayan directo). Bueno, Confesión es el primer libro que me incomodó, que me tuvo en vilo, que me hizo pegar gritos mentales al son de “¡Decilo, Mirta, decilo!”.Si encontrara una palabra que signifique más que increíble, con esa palabra calificaría este libro.

Confesión es una novela escrita por Martin Kohan. Está dividida en tres historias que tienen el mismo hilo conductor: a Jorge Rafael Videla. Lo maravilloso de este libro es que Videla en el relato pesa como pesa en la historia. Se asiente, se vuelve enorme pero no es el protagonista sino que es el personaje que sobrevuela pero que impone su presencia.
La primera historia se llama Mercedes y la historia se centra en Mirta y sus confesiones ante el cura del pueblo, el padre Suñé. Sus confesiones tienen que ver con un despertar sexual a sus doce años desencadenado por Jorge Rafael Videla, a quien Mirtha llama “el hijo mayor de los Videla”. El padre Suñé la corrige y le dice que no es el mayor, que antes hubo dos hijos que murieron: Jorge y Rafael. Y como quien no quiere la cosa la realidad se mete en la ficción y vuelve a salir por la misma puerta por la que entró porque la novela no intenta ser histórica, no lo pretende, no quiere serlo y es lo que la vuelve brillante.
La segunda historia se llama Aeroparque y una vez más la historia entra y sale para armar una ficción acerca de lo que fue la Operación Gaviota, un intento de atentado que se llevó a cabo el 18 de febrero de 1977 y que tenía como misión derribar el avión que llevaba a Videla desde Buenos Aires al sur de Bahía Blanca. Lo interesante de esta historia es que el narrador hace hincapié acerca del olvido de este hecho cuando dice que los diarios no se hicieron eco de esta noticia. Yo no sé toda la historia Argentina pero esta sí que no la conocía. Nunca lo escuché nombrar cuando se habla sobre la dictadura entre conocidos, ni me la contaron en la escuela, ni la leí en los libros. El narrador sabe perfectamente este dato y lo expone, lo pone en la mesa y lo revive.

 

 

La última vez que estuve acá fue en diciembre del 2018. La anteúltima vez es un post que lleva por nombre HOLA en el que prometía volver y el último dice ADIÓS donde supuestamente me despedí PARA SIEMPRE.

No les digo ahora que esta es una vuelta *wow, qué vuelta* pero a veces no me alcanzan los caracteres de Instagram cuando hablo de libros o de películas y siempre digo que porqué no escribo un blog. Bueno, ¿para qué empezar de cero?

Pienso en el 2018 e inevitablemente no puedo dejar de pensar en ese mundo que ya no existe. En el 2018 había personas que hoy ya no están, yo estaba comenzando una carrera que estoy a poco de terminar. En el 2018 podía ver a mis amigos y abrazarlos... mejor aún, PODÍA SALIR A LA CALLE A CARA DESTAPADA. 

Qué aburrido hablar de la actualidad porque la actualidad nos invadió todo lo que conocíamos. Este año tengo el pesimismo a flor de piel porque el año pasado nunca creí que una cuarentena duraría quince días pero tampoco pensé que duraría un año. Estaba segurísima que en septiembre del 2020 volveríamos a nuestra vida normal y acá estoy, acá estamos todos. Casi comenzando otra vez. Pero la puta madre, loco.

Bueno, trataré de venir acá seguido. Trataré de no hablar de lo que habla todo el mundo. Trataré de evadir la realidad a través de la ficción. Trataré. 

Si alguien está leyendo esto agradecería me deje una señal. Un hola en los comentarios de abajo. No tengo ganas de gritar al viento. 

Gracias. ♥