ADANOWSKY EN NICETO

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La última vez que fui a Niceto fue para ver un show de Buzzcocks en el 2007. El martes volví para ver al genio de Adanowsky, quien se presentó bajo el marco de Martes Indiegentes.
El show comenzó apenas pasadas las once de la noche. Antes, para amenizar la espera tocaron tres bandas soportes: Octavio Suñe, La ciudad bajo la niebla y Gush.
Mención aparte para Gush que la rompieron. Fue una presentación relativamente corta pero salieron a dejar todo en la cancha y lo lograron. Son franceses. Búsquenlos y escuchen. Recomendación: muevan los muebles porque van a bailar mucho.
La primera canción que sonó cuando Adanowsky salió al escenario, vestido todo de negro con sus labios pintados de rojo, fue "Dancing to the radio". Tema con el que abre su último disco Ada (del que les hablé en su momento acá). 
Como era de esperarse repasó todo su último disco y en exclusiva para el público contó que al terminar esta gira también dejaríamos de conocerlo como lo conocemos hasta el momento. Ya no se hará llamar Adanowsky (que sabemos es la unión de su nombre Adan con su apellido Jodorowky) para presentarse como Adan. Al parecer será un renacer. También adelantó que en enero sale su nuevo disco. Estoy ansiosa por escucharlo. Necesito ver en qué muta esta vez y disfrutarlo.
De sus viejos discos sólo pudimos escuchar cuatro temas. Desde Amador sonó: "J'aime tes genoux" que fue la segunda canción de su repertorio; "Me siento solo", donde contó que el día que la compuso estaba muy triste y "Déjame llorar". Estas dos últimas fueron en versión acústica y solo él con una guitarra. Y desde El ídolo le tocó el turno a "Estoy mal"
Al comienzo de la presentación, y justo antes de tocar "Me siento solo" pudimos encontrarnos con un Adanowsky emocionado que nos contaba que su primera presentación había sido con un número muy reducido de espectadores y hoy volvía al mismo lugar con un Niceto bastante lleno como para ser un martes.
La banda está conformada por batería, bajo y guitarra. Sí, como cualquier otra banda. A esto le agregamos teclado y sintetizadores y dos coristas que hicieron del show un musical. Adanowsky interactuaba todo el tiempo con los dos coristas que lo acompañaban en cada uno de sus lados, con quienes tuvieron varios momentos coreográficos y de pasos teatrales.
Al show no le faltó absolutamente nada. Pasamos por momentos de baile, de romanticismo, de sexo, de comedia pero por sobretodo de alegría. De mucha alegría.

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