¡Madre mía! Esta serie es tan tan tan mala que no sé ni por donde comenzar a criticarla.
Ni bien supe de la existencia de Girlboss estuve atenta porque, más o menos, conocía la historia y me pareció que iba a estar buena. ¡No!
¿De qué va? Girlboss es una serie realizada por Netflix y cuenta la historia previa de Sophia Amoruso a convertirse en una exitosa vendedora de ropa vintage de manera online. Cómo fue creando su negocio y por circunstancias por las que tuvo que pasar para llegar a cumplir sus objetivos.
Permítanme decirles que, a lo largo de doce episodios, del mundo de emprendimientos vemos muy pocos. Lo que le sobra de tiempo a esta serie es INCREÍBLE. A medida que arranca la historia se convierte en un chicle que no deja de estirar. Tiene muchísimos momentos relleno. Me atrevería a decir que un 75% del contenido. Si se le puede llamar contenido.
Para que se den una idea, uno de los episodios trata pura y exclusivamente sobre un problema con su mejor amiga. ¿Cuál es el GRAN problema? Que Sophia decide sacarla de la lista de sus ocho favoritos de MySpace. O SEA. El nivel de estupidez.
Confieso que he adelantado episodios y los convertía en una duración de diez minutos.
Si me preguntaran qué fue lo que me gustó de Girlboss diría que el soundtrack. Todo lo demás es para el olvido.
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