La creatividad de Richard Linklater con esta película me excedió en el buen sentido.

Una cosa fue haber hecho una película cada diez años como fue la saga de Before Sunrise, Before Sunset y Before Midnight, donde nos muestra los diferentes estadíos del amor dentro de una historia particular entre dos desconocidos, con diálogos y momentos inolvidables. O sea, esa historia y del modo en que fue filmada ya me pareció una bella locura y una idea extraordinaria.

Hoy tenemos a Boyhood, la historia de un niño desde que es muy pequeño hasta sus dieciocho años. ¿Raro? ¿Nuevo? No. Lo excepcional es el modo en que esta película fue realizada. El crecimiento literal de un niño, el mismo actor desde pequeño hasta su adolescencia. Sinceramente Linklater me hace sentir que es la oda a la perseverancia. 

Ok, obviamente que, al ser una película sobre la vida de este niño uno se centra en la locura de ver su crecimiento, pero a mi también me pareció muy loco también la madurez por la que fueron transcurriendo los actores que lo rodean.

Esta película me parece una locura total. Me lo imagino al director contándole a alguien "tengo la idea de hacer una película que cuente la historia de una persona desde su niñez hasta su adolescencia pero con el mismo actor, filmarlo en su crecimiento". Me imagino a esa persona que lo escucha respondiéndole: "Vos estás loco". 

Creo que, podría haber salido mal, pero es Linklater y le salió perfecto.